Via Página 12
Una revisión de los trabajos previos de Franco González revela de inmediato una relación cercana con el agua y sus cauces naturales: en 2013 codirigió el documental Uahat, el padre río negado para sus hijos, centrando en los reclamos de diversas comunidades aborígenes ante la falta de peces en el río Pilcomayo, y en 2019 hizo lo propio con el largometraje de ficción La creciente, rodado casi en su totalidad en el delta del Paraná. Ahora, filmando a cuatro manos junto a Alejo di Risio, Por el Paraná – La disputa por el río ofrece una mirada, no exenta de señales de alarma, sobre la historia y el presente de la así llamada “Hidrovía Paraná- Paraguay”, descripta en el sitio oficial del gobierno nacional como “un corredor natural de transporte fluvial de más de 3.400 kilómetros de largo, que se extiende a través de los ríos Paraná y Paraguay, y permite la navegación continua entre los puertos de la Argentina, Brasil, Bolivia Paraguay y Uruguay”.
El de González y di Risio es un documental clásico, urgente, descriptivo, en el cual los intereses formales han sido abandonados a favor de la información pura y dura, las entrevistas a expertos en temáticas fluviales y ambientales y el repaso por las diversas etapas de ese proyecto de gran porte que no ha dejado de ser objeto de polémicas desde su misma puesta en marcha, durante el menemismo, hasta la actualidad, atravesando gobiernos de diversos tenores. Los mismos realizadores viajan en una pequeña embarcación y avanzan río arriba, topándose con un problema frecuente y en aumento: el calado cada vez más profundo del centro del río Paraná, atravesado por enormes barcos cargados de toneladas de containers, ha provocado la bajada de centenares de pequeños afluentes, haciendo que la navegación sea cada vez más ardua y, en algunos casos, imposible. Varios isleños se quejan de la misma situación y demuestran de manera rotunda cómo el dragado constante termina por “comerse” varios metros de costa por año.
Film de denuncia, construido para informar y concientizar, Por el Paraná reúne a un puñado de entrevistados que conocen mucho del tema (entre ellos se destaca la presencia del periodista Mempo Giardinelli, quien ha escrito para Página/12 muchos artículos sobre esta temática) ponen de relieve la connivencia entre grandes empresas locales e internacionales, la Bolsa de Comercio de Rosario y otros participantes en el juego económicamente rentable de trasladar cada vez más embarcaciones de gran porte con destino a otras ciudades del mundo, en desmedro de los lugareños, pescadores y, desde luego, los ecosistemas desperdigados a lo largo de la cuenca. Porque, más allá de cuestiones evidentes ligadas a la soberanía y la fuga de millonadas al extranjero, hay cuestiones muy sensibles ligadas al equilibrio natural (animal, vegetal, humano) de miles de kilómetros de tierras humedecidas por esas aguas desde tiempos inmemoriales.