Mundo Marítimo
El ex diplomático y ex funcionario de la Cancillería de Bolivia, Ramiro Prudencio León, criticó en una columna publicada en el diario La Razón, la estrategia seguida por el Gobierno del mencionado país en cuanto a impulsar un corredor férreo bioceánico que cruce por territorio boliviano.
“El Ministro de Transportes insiste machaconamente en la construcción del corredor ferroviario bioceánico que uniría el puerto de Santos de Brasil con el puerto peruano de Ilo. Hasta logró que el Secretario General de Unasur se comprometa a impulsar dicha obra. Pero, por lo visto, no ha analizado los serios problemas que acarrea esa gigantesca construcción”, planteó.
De acuerdo al ex diplomático la estrategia ha sido errada por diversas razones, partiendo porque “ya existe un acuerdo entre Brasil y Perú para construir un ferrocarril semejante, pero sin pasar por un tercer Estado. Y se supone que por su enorme costo, ellos no se preocuparán de la edificación de otra línea ferroviaria antes de que se concluya la anterior”.
En segundo lugar, señala que “se debe tomar en cuenta que se requiere la autorización chilena para la construcción de un ferrocarril de Bolivia hacia Tacna e Ilo, de acuerdo con el Tratado chileno-peruano de 1929”.
Sobre el punto anterior explica que el Tratado determina no solo la anuencia de las dos partes para la cesión a un tercer país de todo o parte del territorio de Tacna y Arica, “sino también para la construcción de nuevas vías férreas internacionales a través suyo. En consecuencia, solamente se podría conseguir la aprobación chilena si es que también se construyese un ramal hacia un puerto chileno”, en este caso, Arica.
El ex diplomático señala que también es necesario estudiar el enorme costo que implicaría una construcción de esas características por la que “Bolivia deberá erogar la parte correspondiente a su territorio, es decir, de Puerto Suárez a Tacna. Dicho monto no sería menor a unos US$10.000 millones”, apuntó.
No otorgaría beneficios
Además cuestionó la importancia estrategia del desarrollo de esta obra: “¿qué ganaría Bolivia con la instalación de semejante obra transcontinental?”. Sobre este aspecto deduce que Brasil cargaría en su territorio miles de toneladas de grano en el ferrocarril para llevarlas al Pacífico. Y esta carga, no se detendría en Bolivia para llegar directamente al puerto de Ilo. Misma situación ocurriría con las importaciones brasileñas por dicho puerto, las que se cargarían en Ilo y luego serán trasladadas a Brasil sin parar en Bolivia. “En otras palabras, esta línea interoceánica sería un verdadero tren fantasma para el país”, observó.
Entendimiento con Chile
León apuntó que sólo en caso de llegar a un entendimiento con Chile sobre la salida al mar, el ferrocarril tendría valor para Bolivia. “Porque en ese caso, nuestro país contaría con un puerto al norte de Arica, el cual, junto con los puertos de Arica e Ilo, recibiría la enorme carga de granos procedente de Brasil”.
Añadió que existe además otra conexión interoceánica: “la carretera que prevé unir Brasil con los puertos del Pacífico a través de Bolivia”. Al respecto detalló que su oficialización se había previsto en una reunión en Santa Cruz de la Sierra, de los gobernantes de Bolivia, Brasil, Chile y Perú, la cual debió llevarse a cabo el 5 de abril de 2013. Sin embargo “se enfriaron las relaciones con Chile, y el presidente Morales ya no tuvo interés en efectuar una ceremonia de iniciación de la misma. Además, tampoco estaba interesado en que la carga brasileña llegara a puertos chilenos”.
Demanda ante la CIJ
Por otra parte, el ex diplomático apuntó que la demanda boliviana en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) solo tendrá valor cuando los gobiernos de Bolivia y Chile se hayan acercado. “De otro modo será un saludo a la bandera, porque ni La Haya ni ningún organismo internacional pueden obligar a Chile a ceder parte de su territorio” afirmó.
En caso que el dictamen fuera en favor de Bolivia, León apuntó que “podrá ser altamente beneficioso para el país, siempre que se busque, mientras tanto, superar la tensión subsistente entre los dos gobiernos”.
Finalmente Ramiro Prudencio León remarcó que “sin un arreglo del problema marítimo nacional, vanos serán los intentos de crear vías intercontinentales que conecten el Brasil con el océano Pacífico a través de Bolivia”.