Por Farn
La posibilidad de construir dos represas sobre el último río glaciario que tiene la Argentina comenzó a pensarse en 1950. Sin embargo, su baja prioridad dentro del variado menú de fuentes de energía disponibles, sus enormes impactos ambientales, su elevado costo económico y el bajo aporte en términos de oferta energética, hicieron que el mismo quedara relegado. No obstante en la última década, logró consolidarse como un proyecto en vías de ser ejecutado.