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De la venta de madera al remate de la cuenca del Uruguay, solo un paso

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Entreriosahora
Por Jorge Daneri

 

No es una cuestión de venta de una materia prima, tal o cual. No es un análisis de mercado lineal. Es muy complejo de lo que se trata. Es la visión de la cuenca, como una visión política inexistente por estas horas y sus tiempos. La visión política de cuenca implica tener claro qué tipo de desarrollo, con quién y para quién.

La venta de madera de nuestra Provincia a las mega corporaciones de la pasta de Celulosa, profundiza las contradicciones de nuestra presencia jurídica e institucional como país frente a la Corte Internacional de Justicia de La Haya.

Porque dicha causa judicial internacional tiene la peculiaridad o la virtud de mantenerse viva en el procedimiento formal y por lo tanto en su efecto a futuro, posibles positivamente para los intereses nacionales expuestos en la misma. El poder denunciar cualquier contexto contaminante, el poder exigir nuevos Evaluaciones de Impacto Ambiental o incluso Evaluaciones Ambientales Estratégicas, como por ejemplo, frente a los decididos mega proyectos de Plantas de producción de celulosa, realmente gigantes y en marcha en el país vecino, es una o varias posibilidades para Argentina como actor o demandante. La sentencia es clara en ésta línea. Y es más que clara en cuanto al rol y deberes de la Comisión Administradora del Río Uruguay.

Uruguay se rindió frente a una opción, un concepto de desarrollo de la industria de pasta de celulosa y la expansión en todo su territorio, garantizando la producción de madera a la media de las necesidades de las corporaciones.

El nuevo Gobierno de Cambiemos o de Macri, no ésta muy claro, debe ser, precisamente claro. O adopta la misma lógica de los diversos gobiernos de Uruguay y se abre a estas mega inversiones también en la Mesopotamia y consolidan el traslado de toda esta mugre hacia el sur de nuestro mundo o mantiene la posición que el pueblo y su Estado Nacional y Provincial, vienen sosteniendo desde hace años, y que la Cancillería Argentina con cuadros profesionales formados, honrados y coherentes supo sostener frente a los estrados internacionales. Citar a la ex canciller y abogada Susana Ruiz Cerutti, como al embajador Raúl Estrada Oyuela, no se puede dejar de hacer en esta nota y frente a tanta historia.

El “cambio” también implica, por la significación del valor de tan delicada y comprometida palabra, ser honestos con la gente y poder saber la política del Estado Nacional sobre la cuenca del Uruguay y su modelo productivo, como de igual manera poder ser informados seriamente si el Gobierno Provincial recibe presiones oscuras al efecto o algún tipo de gestión mal nacida.

Entre Ríos representa una autonomía de historias que no se debería rendir frente a una cultura de Puerto, infelizmente no pocas veces, voraz y en militante descontrol, como menos a intereses sectoriales privados legítimos, pero que no pueden definir por coyunturas comerciales, el futuro saludable y sustentable de una cuenca, sus pueblos y territorios, que aún tienen la chance de transitar otras opciones, otros caminos, totalmente diferentes y a contramano de los modelos de concentración de la tierra, el agua, los ríos y la salud de nuestros alimentos y sus seres humanos.

Pero para no ser ingenuos. Argentina ya se rindió, no tengo la menor duda que por lo menos por ahora, no su pueblo, sí sus gobiernos, desde Menem a la fecha, a que nuestros territorios sean campos de experimentación y explotación sin límites del modelo de las Corporaciones de la soja, de la minería y de la YPF de los paraísos fiscales de la mano de Chevrón y Cia. La falta de autoridad política y ejercicio de la ética del cuidado de la casa común, en estos tres escenarios gigantescos, es enorme.

En resumen. Los gobiernos, Nacional y Provincial, no tienen que andar a las vueltas, es importante para todos, unos y otros, que sean claros, así sabemos de lo que se trata, de quién es quién y con quien las comunidades, las organizaciones sociales, ambientales, de productores para todos los gustos, sepamos, apreciemos o repudiemos, quienes nos representan, quienes son líderes de papel, de alianzas o coaliciones circunstanciales y quienes aún mantienen el valor de la palabra, como aquellos, nuestro abuelos, o los que fueron forjados en otras escuelas del pensamiento y el hacer política, donde el papel escrito en una campaña electoral o en un relato ahora grabado o filmado, tenía el mismo valor que la palabra confiada a nuestras madres o esos nuestros viejos entrañables.

 
Ex abogado de la Asamblea Ambiental de Gualeguaychu.

Fundación M´Biguá, Ciudadanía y Justicia Ambiental.

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