En una semana cargada de versiones cruzadas sobre los impactos que tendría la sanción de una ley de humedales, militantes socioambientales difundieron un documento en el que rebaten las “falacias” de supuestos desalojos de pobladores o prohibición de todo tipo de producción.
El texto realizado por integrantes de la Multisectorial por los Humedales, una de las organizaciones locales con mayor presencia en las protestas, es el siguiente:
1- Los pobladores históricos serían desalojados de los ambientes de humedal.
Falso. No hay un solo artículo que implique este accionar. De hecho conservar el humedal es conservar a la gente que lo ha sabido habitar por generaciones, personas que sostienen modos de producción que respetan los ecosistemas donde están inmersos. Hoy por hoy, de hecho, es el descontrol y el ingreso de actividades productivas no sostenibles lo que sí está corriendo a estos pobladores. Tenemos registros por ejemplo de apicultores que debido no solo a las quemas sino al cambio en las características ecológicas del lugar están abandonando los territorios.
2- Producir quedaría prohibido.
Falso. Las actividades productivas pueden tener lugar en la medida en que no resulten dañinas para los ecosistemas. Un número grande de actividades responden a esta característica. El tema aquí es que hay gente que se siente muy cómoda reinando en el caos y no tiene interés en producir de modo sostenible.
3- La ley atenta contra la propiedad privada.
Falso. La ley no va contra la propiedad privada pero sí avanza hacia la preservación de los bienes comunes.
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4- La ley aumentaría los niveles de pobreza e indigencia.
Falso. Conservar territorios que proveen servicios ambientales para millones de seres humanos, garantizando así derechos humanos básicos como ser el acceso al agua, al aire limpio y al alimento, no produce pobreza sino que por el contrario hace posible una vida digna. La pobreza es producida, entre otras cosas, por modelos de producción altamente contaminantes que implican desarraigo, enfermedad y pésimas condiciones laborales para muchos trabajadores. Las economías regionales no prosperan en un mar de soja y tóxicos. Eso lo sabemos porque lo vivimos. Están los testimonios de personas que ven morir sus huertas y sus animales por fumigaciones continuas. Y en los humedales la vida tradicional isleña está siendo invadida literalmente por lo foráneo. La ley equilibra, le guste a quién le guste.
5- Es un dictamen exprés.
Falso. ¿Después de diez años de debate? ¿Viven en la luna?
6- El campo y la Sociedad Rural son la Argentina Federal.
Falso. Son solo un grupo minoritario con mucho poder político y económico. No representan ni a los pueblos ni a las comunidades, quienes sí son la encarnación del concepto de federalismo.
7- No tiene sentido sancionar leyes si leyes ya hay ni siquiera se cumplen.
Falso. Es verdad, hay leyes y ordenanzas vigentes, pero eso no anula la necesidad de una ley de humedales nacional. Y en cuanto a que en Argentina la ley no se cumple, la solución no es cerrar el Congreso sino activar en pos de hacerlas cumplir. Y ligado a esto, cabe destacar que muchas de las voces que pregonan el cumplir leyes y ordenanzas vigentes son de personas que justamente no las respetan. Y están cómodas así pues la ilegalidad consentida es el status quo desde hace décadas y bien lo saben. ¿O la usurpación de tierras fiscales es legal? ¿La construcción de terraplenes? ¿El corte de cursos de aguas navegables? ¿El desmonte en áreas protegidas? ¿La quema ilegal?
8- La ley no va a apagar el fuego y por eso su sanción no tiene sentido.
Falso. La ley no se centra en la quema, que es sólo uno de los tantos modos de devastar humedales. La ley se centra en conceder un piso mínimo de protección para todos los humedales a lo largo y ancho del país, la mayoría de los cuales se está básicamente extinguiendo gracias a la presencia de modos de producción degradativos. Y por supuesto, los que abultan cuentas bancarias gracias a este tipo de producciones, están en máxima alerta. Y como muchas luces no tienen, pero sí las suficientes para entender que simpáticos no caen, desde hace días intentan mediante falacias convencer a la gente de que la ley de humedales no va, no porque a ELLOS no les convenga, sino porque a VOS no te conviene. Y a vos SÍ te conviene. Y es así porque esa es la realidad.
¿Por qué a alguien podría molestarle tanto producir sustentablemente?